El método Mulligan en las técnicas manuales
EL MÉTODO MULLIGAN EN LAS DISFUNCIONES ARTICULARES
El abordaje y tratamiento de las disfunciones musculoesqueléticas y articulares, engloba múltiples modelos conceptuales y tratamientos posibles. La literatura sobre el abordaje médico y neurológico, propone la aplicación de antinflamatorios no esteroideos (AINES), o fármacos antineurálgicos, como tratamiento no invasivo, para la resolución de la sintomatología.
En el ámbito de las técnicas manuales las posibilidades terapéuticas como abordaje de estas disfunciones son múltiples, el tratamiento conservador se considera actualmente, como tratamiento de elección para dichas disfunciones. Las posibilidades terapéuticas conservadoras varían desde el tratamiento de la disfunción articular, disfunción miofasciales, disfunción nerviosa, ejercicio terapéutico, y reeducación muscular, entre muchos otros.
El abordaje de la disfunción musculoesquelética y articular, es frecuentemente tratado con la terapia manual, ya sea con las movilizaciones (movimiento pasivo de una o varias articulaciones, que no supera su rango de movimiento funcional) o manipulaciones (movimiento pasivo de una o varias articulaciones que supera el rango de movimiento funcional, pero no anatómico). La consecuencia de su utilización clínica es la creencia de un fallo biomecánico (hipo o hipermovilidad), como provocador del dolor y alteración consecuente del sistema musculoesquelético y articular. Se considera, que el estímulo mecánico que provoca la terapia manual, implica una serie de efectos neurofisiológicos que ayudan al tratamiento, además de disminuir el dolor, síntomas.
En cuanto al abordaje de la disfunción miofascial, las técnicas más empleadas para ello, son técnicas de tejido blando, como el masaje, estiramientos, tratamiento de los puntos gatillos miofasciales, o técnicas de liberación por presión, como por ejemplo la inhibición suboccipital.
Las técnicas empleadas, tienen el objetivo de restaurar la extensibilidad normal del musculo, actuando sobre los sarcomeros acortados, favoreciendo la normalización y equilibrio muscular, además de disminuir la actividad refleja del área lesionada. Con respecto a las técnicas de masaje, su aplicación puede obtener beneficios en varios sistemas: nervioso, circulatorio, musculoesquelético, digestivo. En pacientes con disfunciones cervicales, puede ayudar en la eliminación de adherencias, contracturas y tensión muscular, favoreciendo una diminución del dolor del paciente y relajación muscular, entre muchos otros beneficios.
En adición, la técnica de inhibición suboccipital, como técnica de tejido blando que comparte muchos beneficios con la masoterapia, ayuda a la disminución de la tensión miofascial, disminuyendo la tensión local y supresión de espasmos de los músculos suboccipitales. Su aplicación actúa reduciendo el dolor, como consecuencia de la irritación muscular y nerviosa que pueden provocar los músculos suboccipitales, los cuales pueden estar relacionados con síntomas y signos de pacientes con lesión cervical, siendo su tratamiento mucho más efectivo para aquellas zonas del eje craneocervical, es decir, de C0-C3
La contraindicación para realizar estos tratamientos, serían la existencia de cáncer, infección, desorden neurológico generalizado, fractura vertebral, aneurisma, proceso inflamatorio y otras que necesiten derivación fuera del tratamiento convencional.
Hoy vamos a conocer una técnica que se utiliza y con la que se obtienen excelentes resultados: “El concepto Mulligan”
El concepto Mulligan es un concepto de Terapia Manual Ortopédica, creado en 1984 por Brian Mulligan, un fisioterapeuta neozelandés. Mulligan descubrió accidentalmente su método Mobilization with Movement (MWM), es decir, movilización con movimiento, en el tratamiento del dedo de una paciente que se lo había lesionado mientras jugaba al baloncesto, el cual sufría un gran hematoma y restricción de movimiento a la flexión y extensión. Desde entonces, el concepto se ha impulsado como tratamiento para el dolor y perdida de movilidad fisiológica (movimientos que el paciente puede realizar solo), proponiendo que estos pueden estar alterados, como consecuencia de un “fallo o alteración posicional” de la superficie articular. De todos es sabido hoy en día la importancia de generar movimiento en la zona lesionada desde el inicio del tratamiento.
Para la ejecución correcta del concepto Mulligan, es necesario aplicar sus principios básicos:
1. Identificación del signo funcional comparable, considerado el signo que se origina en la actividad funcional y provoca el síntoma del paciente, por ejemplo, una disminución de la amplitud del movimiento como consecuencia del dolor.
2. Selección del movimiento accesorio, los cuales el propio Mulligan sugiere bajo su experiencia un accesorio concreto, en función de la patología y articulación, aplicándolo en la dirección contraria a la posición errónea de la articulación, o dirección contraria al mecanismo de lesión. Combinación del movimiento accesorio con el movimiento fisiológico, entendiendo como accesorio el movimiento traslatorio que realiza el terapeuta (deslizamiento anterior, craneal etc), y como fisiológico el movimiento que realiza el paciente (flexión, extensión, rotación etc).
3. Selección del grado y de la orientación del movimiento accesorio, para que la respuesta a la movilización sea positiva, recomienda adaptar la cantidad de fuerza y plano adecuado, permitiendo pequeñas variaciones en la inclinación del movimiento accesorio. Por último, recomienda la sobrepresión, que se puede aplicar cuando se ha conseguido la amplitud fisiológica completa sin dolor.
Mulligan en sus técnicas para la columna vertebral, utiliza los deslizamientos naturales de las apófisis articulares, respetando la orientación de la interlinea de las articulaciones cigapofisarias, para aumentar su movilidad y/o reducir el dolor, facilitando el movimiento del segmento vertebral tratado, y evitando su compresión articular. Estas técnicas consisten en que el terapeuta aplique en las zigoapofisarias, el movimiento accesorio y dirección de plano adecuada de forma mantenida, mientras el paciente realiza el movimiento sintomático. Esto debe dar como resultado un rango completo de movimiento libre de dolor.
Mulligan propone que las lesiones podrían resultar de un falto de posición menor articular, causando las restricciones en el movimiento fisiológico y sintomatología asociada. Por lo cual, propone que cuando se consigue con la aplicación de su técnica un aumento del rango de movimiento libre sin dolor, se produce principalmente por la corrección de ese fallo de posición en la articulación
Ejemplo para una lesión cervical, en la que por haber sufrido un espasmo muscular o un movimiento brusco, una vértebra o grupo muscular se ha desplazado de su posición produciéndose una disfunción con desplazamiento de faceta articular del lado izquierdo hacia la extensión (imbricación de la articulación en el lado izquierdo)
El método Mulligan en este caso implicaría una presión directa sobre la apófisis de la articulación cigapofisaria (faceta articular) en sentido oblícuo ascendente y facilitar la corrección mediante el movimiento accesorio al mismo tiempo que pedimos al usuario que realice una rotación hacia el lado derecho (movimiento fisiológico)
Esta técnica se desarrolla mediante varias repeticiones en las que el terapeuta ejerce una presión en la apófisis de la articulación facetaria para intentar reconducirla a su posición al mismo tiempo que el usuario realiza el movimiento fisiológico de forma pasiva con la ayuda de su mano, facilitando dicha corrección.
Con ello de forma automática se producirá una disminución del dolor y una mejor función musculoesquelética y articular.
EL CONCEPTO MULLIGAN EN EL ESGUINCE DE TOBILLO
Mulligan teorizó que las lesiones y los esguinces eran causados por fallas posicionales menores en las articulaciones, que pueden limitar el movimiento de una persona. Las fallas posicionales pueden ser una desalineación de la articulación o una dislocación que no se nota y es demasiado sutil para sentirla o verla en una radiografía. Las técnicas desarrolladas en el Concepto Mulligan han sido diseñadas para corregir estas fallas posicionales y ayudar a una persona a liberarse del dolor y recuperar el movimiento
El concepto Mulligan es especialmente útil para tratar sin dolor los esguinces de tobillo por inversión. Para tratar el esguince de tobillo en inversión el paciente se coloca en decúbito supino con el talón al final de la mesa de tratamiento. Luego, el terapeuta colocará su mano sobre la porción anterior y distal del maléolo lateral y la otra mano para sostener la pierna. Luego, el tratamiento se realiza deslizando el peroné hacia atrás y la tibia en forma oblicua (Mientras se realiza el deslizamiento, se le pide al paciente que realice un movimiento de flexión e inversión plantar. Después de eso, el terapeuta ejerce fuerza sobre el pie usando su abdomen para desplazarlo en inversión más allá del límite del movimiento activo. Una vez que se aplica la técnica se puede usar cinta para ayudar a mantener el peroné en su lugar.
Muchos terapeutas que usan la técnica de Mulligan han informado disminuciones en el dolor autoinformado y una mejor función en sus pacientes después de un tratamiento. Los terapeutas que usaron esta técnica dijeron que sus pacientes habían aumentado el movimiento sin dolor y mejorado la marcha. Un médico usó estas técnicas en un jugador de fútbol universitario que había sufrido un esguince de tobillo lateral. Después del tratamiento con el jugador dejó de tener síntomas y pudo regresar a la competición sin volver a lesionarse por el resto del año. El tratamiento de Mulligan es indoloro y puede usarse en cualquier paciente sin importar en qué etapa se encuentre su lesión. Especialmente para los tobillos, el Mulligan Concept se ha convertido en una forma eficaz y comprobada de tratar esguinces y lesiones. La técnica mencionada anteriormente se utiliza en Terapia Física Mejorada con una tasa de éxito del 90-100%.
Maniobra de desplazamiento del peroné Vendaje para mantener el peroné en posición